Autores que nos acompañaron y ya no están entre nosotros: Héctor Reinna

lunes, 1 de febrero de 2021

Autores que nos acompañaron y ya no están entre nosotros: Héctor Reinna

Reinna y Rosario, 2009.

HECTOR REINNA, UN PROTAGONISTA DE ÉPOCAS DORADAS DE LA HISTORIETA ARGENTINA. Con

nos conocimos en el Festival de historietas Dibujados, en la ciudad de Rosario. Se presentó como ex dibujante. Llevaba tres décadas sin dibujar, pese a que fue un profesional que, entre lo más destacado de su trayectoria, en los años ‘50 trabajó en la revista PATORUZITO (revista de aventuras y humor, que se publicaba en formato grande). En la década del ‘70 dibujó a DON NICOLA, personaje de enorme popularidad entre los lectores. La charla nos entusiasmó a los dos, rememorar su experiencia en la que fue un protagonista y testigo de épocas doradas de la historieta nacional. Por ejemplo, conoció y trató a autores que hoy son mitos del rubro: Hugo Pratt, Alberto Breccia, Ferro, Joao Mottini, Dante Quinterno, Calé, Torino, Tulio Lovato (el principal dibujante de Patoruzito), etc. Al respecto, contaba anécdotas como: “Una vez me lo encuentro a Tilo Lovato en la calle y lo vi abatido. Le pregunté qué le pasaba. Me dijo: Estoy podrido de dibujar a Patoruzú, lo detesto”. Me pareció un desperdicio que un autor con la experiencia de Reinna no esté dibujando, era un talento perdido. Le hice la sugerencia inevitable: “Sería muy bueno que regrese a la historieta”. No mucho después, se contactó conmigo para sumarse a La Duendes, sitio con el colaboró hasta el día de su muerte. Aprovechó para retomar personajes que publicaba en la década del ‘40, como Batute y Batata, o crear nuevos. Reconocía que le “costó” regresar, sentía que la falta de práctica le había endurecido la mano. Pero el entusiasmo de saberse nuevamente dibujando, lo llevó a superarse, a adoptar las nuevas tecnologías para aplicar en su trabajo, y volvió a ser el maestro que fue. Haber retornado lo hacía feliz. Era un hombre grande, pero de mentalidad joven, inquieta, curioso e innovador. Cada tanto, cuando atendía el teléfono, escuchaba: - “Hooooola Alejaaandro”, y de inmediato lo reconocía en su forma de hablar, en su entonación típica de los actores y locutores de las décadas del ‘40 y ’50 (era lindo escucharlo). Luego me bombardeaba con una admirable andanada de ideas y propuestas. De vez en cuando, también, me enviaba alguna encomienda con ejemplares de Patoruzito, Rayo Rojo, etc., joyas del pasado que hoy atesoro. Nos dejó el 23 de junio de 2016. Aún se lo extraña.

Les recomiendo leer las dos partes de la entrevista que le hice para el blog de LA DUENDES a fines de 2009. Sus recuerdos y anécdotas son de una riqueza enorme.