viernes, 25 de enero de 2013

Episodios Patagónicos, por Alejandro Aguado



El “chapeado”
El nombre hace referencia a los paisanos que, en ocasión de fiestas populares y camperas, adornan su cabalgadura con implementos que generalmente son de plata. Las fiestas populares del ámbito rural, donde se congregan los vecinos situados a varias decenas de kilómetros a la redonda, son la ocasión apropiada para vestir de lujo a los que son su orgullo y grandes compañeros de la vida: sus caballos.
En varias regiones de Patagonia se suelen ver, sin importar si es de día o de noche, fantasmales “chapeados” que transitan luciendose ostentosamente. Al parecer no representan peligro alguno, más allá del susto acorde con la ocasión que se lleva el testigo. Se trataría simplemente de ánimas de paisanos vanidosos que se niegan de dejar de mostrar sus mejores galas.   

1 comentario:

Gavro dijo...

En el norte de San Juan, cuentan de una aparición similar. La gente de Iglesia habla de un hombre todo vestido de negro con caballo negro y cinturón y espuelas de plata, que se aparece siempre de noche. Arremete contra la gente que duerme en campamentos en medio del campo y que le hace frente, sin distinguir que es en realidad "el ´Dueño del Campo". Así le llaman y dicen que es el diablo vigilando sus territorios. Según dice el que me lo contó, apareció en Hualilán,en el mismo lugar donde yo estaba, pero unos meses antes.