viernes, 21 de junio de 2019

La Salamanca, por Alejandro Aguado



Se trata de una creencia presente en gran parte del continente americano, con variantes en la historia según la región. En Patagonia se cuenta que existen una gran cantidad de estos sitios, habitados por seres de las tinieblas. Quien quiera conseguir el favor de esos seres, debe vencer sus miedos e ingresar a la cueva y hacer frente a representantes maléficos de la fauna local, que le harán vivenciar horrendas pesadillas. Quien logre sobreponerse a la experiencia y a cambio de su alma, podrá pactar y conseguirá todo lo que se proponga en la vida, aunque deberá pagar las consecuencias tras la muerte. Hay quienes afirman también que a esas cuevas las regentea el demonio en persona.
En Patagonia se encuentran parajes que llevan ese nombre, porque justamente allí, enclavadas entre los recovecos del paisaje, se sitúan de esas cuevas, de las que se cuentan historias escalofriantes. Los lugareños evitan circular por las inmediaciones. Los testigos aseguran que en las noches, en torno a ellas se ven luces, se escuchan sonidos festivos o el de instrumentos.
Pareciera que las Salamancas están activas mientras se las visite o haya quienes residan en los alrededores y puedan ser tentados de visitarlas.

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