Siempre tuve una fascinación particular por los dibujos de Lucho Olivera. Cuando era chico, solía perderme horas mirando las viñetas de Nippur o de Gilgamesh y mas tarde los trabajos que hacía para Scorpio.
Luego de leer la historieta, solía entregarme a la contemplación del dibujo de los personajes, y mas allá de los principales, ya sean “el Errante” o “el Inmortal”, al de los otros, los que no tenían nombre, los secundarios, que aparecían atrás como relleno de las viñetas, como decorado o simplemente para armonizar y dar movimiento a la composición.
Lo que mas me sorprendía era la construcción de sus rostros, casi todos eran las sombras de sus rasgos, y como en un juego, muchas veces, la vista apelaba a la pareidolia para completar los elementos.
Como suelo decir, hay que tener mucho coraje para dejar un dibujo a medias a propósito para que lo termine de completar el observador, a Lucho eso no le faltaba.
Para celebrar el día de la historieta les dejo este humilde homenaje a un grande de todos los tiempos.
Un abrazo.
toto.
que impactante esas esferas toto, les queda de primera el estilo.
ResponderEliminarMuchas gracias amigo... intente captar el dramatismo misterioso que impregnaba la obra de Lucho...
ResponderEliminarLe dejo un abrazo grande.
toto.